La ansiedad como mecanismo de defensa natural y la ansiedad patológica

Es importante que como profesionistas o futuros profesionistas comprendamos en qué consiste la ansiedad, así como los distintos transtornos de ansiedad; a fin de que sepamos como prevenir y tratar dichos transtornos de manera adecuada con el objetivo de que no interfieran con la práctica efectiva de nuestras relaciones humanas con las personas que nos rodean, no solo en el ámbito laboral, si no también en todos los entornos de nuestras vidas. 

Así pues, la ansiedad comienza a presentarse en la infancia, generalmente a partir de los 11 años, y es un mecanismo de defensa natural y constituye un elemento clave para la supervivencia de una persona, ya que pone al individuo en estado de súper alerta ante una situación de peligro o riesgo.

De acuerdo a la conceptualización anterior, te habrás dado cuenta que la ansiedad es una habilidad que nuestro organismo provee, para mantenernos a salvo cuando estemos en presencia de una circunstancia que pudiera causarnos algún daño o lastimarnos física o psicológicamente.

A continuación se va a analizar a la ansiedad como defensa natural.


¿Cómo se lleva a cabo el proceso de generación de la ansiedad?


Pues bien, la ansiedad se genera en el cerebro, específicamente en el sistema límbico, siendo la amígdala, el hipocampo y el hipotálamo factores determinantes para su desarrollo.







A continuación te explicaré el proceso de generación de la ansiedad:





1. Cuando ocurre una situación factible de generar ansiedad, por ejemplo, un intento de asalto, los órganos de los sentidos (la vista, el oído), informan a la amígdala de esta situación de riesgo.


2. Al recibir esta señal, la amígdala se activa y le envía la información a la corteza prefrontal, al hipotálamo, al hipocampo y a la estría terminal (que se encuentra en el tallo cerebral).


3. En la estría terminal se va activar una condición de alerta máxima. En el hipocampo se activan los archivos de la memoria para saber si el sujeto ha vivido una situación similar y así identificar qué se debe hacer. Y esa información el hipocampo la envía a la corteza prefrontal

para formular la toma de decisiones.


4. Entonces, en la corteza prefontal, se evalúa si el asaltante es conocido o desconocido, si me está amenazando a mí o a otros, si está solo o son varios, o si debo huir o enfrentar al atacante. La información regresa a la amígdala, que procesa la información y las regresa a las áreas de la corteza cerebral para que tomen decisiones.


5. Al tomar la decisión el hipotálamo generará adrenalina, para preparar el cuerpo para que llevé a cabo la acción decidida.


6. Y los neurotransmisores serotonina y noreprinefrina conectan las neuronas que integran el circuito límbico; asimismo, los neurotransmisores GABA y glutamato también ayudan en la zona de la corteza ceerbral.



La ansiedad como mecanismo de defensa natural y la ansiedad patológica


La ansiedad como mecanismo de defensa natural puede tener los siguientes síntomas: temblor ligero, palpitaciones, manos frías y sudoraciones.


Y esta ansiedad natural la hemos experimentado todos en algún momento de nuestras vidas, por ejemplo, cuando eras o eras estudiante y te toca exponer un tema delante de la clase y sientes que te tiemblan las piernas; o cuando se te acerca a hablar el chico o la chica que te gusta y te empiezan a sudar mucho las manos; o cuando empezaste a aprender a manejar un auto y estabas demasiado preocupado por golpear a otro auto. Pero como te habrás dado cuenta si viviste alguna de esas experiencias o alguna otra similar, con la práctica o al seguir realizando esas actividad durante el transcurso de cierto tiempo, los síntomas de la ansiedad natural van desapareciendo. De esta manera, si ya eres novia de ese chico que te gusta y llevan un tiempo de relación, pues te dejan de sudar las manos y ya vas a estar relajada.


Desafortunadamente, existe otro tipo de ansiedad que se llama ansiedad patológica. La ansiedad patológica se define como una actitud de preocupación exagerada o sin fundamento ante circunstancias que podrían considerarse normales (Pasantes, 2023, p. 46). Y esta ansiedad patológica tiene una duración prolongada y ese temor exagerado puede llegar a generar una reacción de pánico ante peligros inexistentes (como vimos que le pasó a Riley en Intensamente 2).



Transtornos de ansiedad


Existen diversos transtornos de ansiedad, por una alteración en la química del cerebro sin una causa aparente, o como efecto de situaciones factibles de generar ansiedad.


Entre los transtornos de ansiedad se encuentra el transtorno de ansiedad generalizada, las fobias, los ataques de pánico y la ansiedad derivada de una condición de estrés postraumático.


• El transtorno de ansiedad generalizada se caracteriza por un grado de preocupación constante, sin que existan motivos evidentes para generar esa preocupación exagerada. Algunos síntomas de esta ansiedad son: problemas de concentración, irritabilidad y falta de sueño.

• Los ataques de pánico tiene como síntomas la taquicardia, sudoración, sensación de ahogo o presión en el pecho, temblores, nauseas, mareos, además de temores extremos de morir o perder el control y la necesidad de huir de ese sitio o persona que te provoca el ataque de pánico.

• Y las fobias son un temor excesivo a situaciones que provocan un cuadro de ansiedad, como ante la presencia de una araña, cucaracha o algún otro insecto; o bien, realizar alguna acción, como subirse a un elevador o manejar un automóvil.


En este orden de ideas, te voy a platicar que, en lo personal, experimenté el transtorno de ataques de pánico durante el período de aislamiento por la pandemia COVID 19. Por las noches, sentía un grado de preocupación y miedo tan grande por enfermarme de ese virus y morir, que no podía dormir porque sentía que no podía respirar y pensaba que si me dormía me moriría, también sentía que me ahogaba, y no había motivos reales para ese miedo que yo sentía, porque, gracias a Dios, nunca me enfermé de ese virus. Afortunadamente, gracias a la práctica del yoga que empecé a realizar en mi casa viendo un canal de YouTube (de Elena Malova, te la súper recomiendo), pude controlar mi ansiedad y es por eso que te sugiero demasiado que incorpores dicha disciplina como un hábito de tu vida diaria, para prevenir y/o combatir la ansiedad.


En ese sentido, a continuación te voy a explicar cuáles son los tratamientos naturales para combatir la ansiedad.



Tratamientos naturales para combatir la ansiedad


  • Tés


Los tés de valeriana y pasiflora, tienen efectos ansiolíticos leves y ayudan a combatir el insomnio. El té de citronela, el té de manzanilla y las flores de tilo también tienen efectos

ansiolíticos leves.


  • Ejercicio y yoga.


El ejercicio físico y algunas técnicas de meditación pueden ser útiles para combatir la ansiedad ligera. Al respecto, yo te reitero que te recomiendo sobremanera que practiques yoga habitualmente, siendo que las técnicas de respiración que aprendes en dicha disciplina (inhalar, llenar la pancita de aire, y después soltar), son demasiado efectivas para disminuir la sensación de ahogo, la preocupación y el estrés presentes en la ansiedad patológica. 


Pero si se trata de una ansiedad severa es necesario acudir al psiquiatra quien va a recetar al paciente fármacos denominados ansiolíticos, como las benzodiacepinas (que afectan al receptor GABA y modifican su acción controlando los circuitos de la ansiedad). El incoveniente de las benziodiacepinas es que son factibles de causar adicción y tolerancia, por lo que su uso debe estar estrictamente vigilado por el psiquiatra.



En síntesis, la ansiedad es un mecanismo de defensa natural que necesitamos en nuestro cerebro para saber cómo actuar ante una situación de peligro inminente, pero también existe otro tipo de ansiedad que no es una defensa natural porque no hay una certeza de peligros o riesgos, esa ansiedad es una ansiedad patológica y es muy importante que como parte de nuestro desarrollo integral conozcamos en qué consiste esa patología y qué podemos hacer para tratarla o combatirla. 



Entonces, si no hay un peligro cierto y evidente, yo te recomiendo que detengas todos esos escenarios imaginarios de pensamientos con riesgos futuros inciertos que no tejan dormir y que afectan tu respiración, practicando yoga, meditación o haciendo oración (si eres creyente), prácticas las anteriores que causaran en tu persona un efecto de relajación o paz; o bien, haciendo ejercicio cardiovascular (que te hará sentir mucha felicidad), o ejercicio levantando pesas (que te va a provocar orgullo y también felicidad cuando acabes tu rutina, y te va a hacer sentir a la vez muy fuerte y poderoso). Sin dejar de recomendar que en caso de una ansiedad severa acudas con un especialista.


Para finalizar, te comparto el siguiente vídeo en el que ahondo más respecto a este tema.







Te deseo que estés bien y mucha paz y calma


Fuente: 

Pasantes, H. (2023). De neuronas, emociones y motivaciones. México: Fondo de Cultura Económica.


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